Entrenamiento por la Sierra de la Demanda

Un domingo de trail running
San Millan - Supercalcetines

Habíamos quedado muy prontito, a las 7:00 de la mañana de este domingo día 19 de Agosto en la plaza de Pradoluengo, madrugón! puesto que este día iba a ser el más caluroso del verano; y si que lo era, si, 28,2 ºC de temperatura mínima en Pradoluengo, lo nunca visto por nosotros dos!

Habiendo desayunado ligero y bebido en casa agua fresquita, me preparé para la salida. Mi mochila llevaba casi dos litros de agua, que fue poca. Me puse mis supercalcetines Ultra Raid , para probarlos en estas condiciones extremas de sequedad y temperatura. Tras ello me coloqué las polainas de correr, imprescindibles en estas épocas del año con la vegetación tan seca y las piedrecitas haciendo estragos en nuestros pies.

Salimos los tres, Héctor, nuestro fiel compañero de correrías Quillo, el pequeño ratonero Bodeguero Andaluz blanco que tanto nos alegra y anima a seguir en las duras pendientes, y un servidor. La idea era intentar hacer parte de la dura prueba del Cross Subida al San Millán, que se desarrollará el día 2 de Septiembre y la cual os invito a los amantes de este deporte a no perderos.

Tras apenas 4 minutos de suave subida hasta el final del pueblo, llegamos a la fortísima pendiente de “Zubiaga”, en cuya inexistente senda y con ayuda de pies y manos, tras casi 12 minutos logramos llegar al falso llano. Durísimo comienzo que empieza a hacer mella en nosotros, lo que sumado al horrible calor, mi mochila va notando mi necesidad de hidratación. Tras ello nos toca la bonita subida por el pinar, desde “Hoyo Encimero” hasta la parte alta del cortafuegos de “El comisario”. Aquí nos toca pelear con la abundante cantidad de residuo forestal que nos han dejado tras el aprovechamiento forestal de esta zona, con el consiguiente borrado de la senda en bastantes tramos. Bajamos el durísimo y largo cortafuegos que llega a “La Pasada”; muy seco el terreno y muy dura esta fortísima bajada, agarrandonos con las manos al final a la vegetación para no caer. Aquí observo que los calcetines no se han movido, y es más, no he notado nada, lo que es muy buena señal de que por ahora funcionan de maravilla. Allí es más notable el calor pues no corre nada de aire. Sorprendidos, cruzamos el cauce seco de “El Acebal” y vemos que el de “El Nacedero” también lo está en este punto. Seguimos paralelos a este último cauce hacia “El Nacedero”, disfrutando de los bonitos prados y de la carrera que se pega el Quillo tras un zorro algo dormido a estas horas y aplastado por el asfixiante calor.

Llegamos a al final de los prados y yo voy muy muy justo. Héctor parece que va mejor. Empezamos la fuerte subida hacia “el Nacedero”. Voy recuperando algo. Pasamos el “Campo Iguagua” y a penas se nota el frescor del hayedo, es increíble el calor, nos está haciendo sudar sangre! En “el Nacedero” nos refrescamos y yo bebo de las fuentes. Continuamos la subida hasta la “Senda la Muñeca”. Ahora he recuperado un poco y voy tirando de Héctor, pero la subida va pasando factura, cruzamos la senda, vuelvo a beber en la pequeña fuente para no agotar la mochila y a enfrentarnos a la pared casi vertical del hayedo. Normalmente deberíamos haber subido más rápido, pero es tanto el calor que hace que tardamos casi 20 minutos más que el ritmo de carrera en llegar arriba. Por el camino recupero algo de energía con los ricos arándanos, aquí conocidas como “Anabias”. Arriba, espero unos segundos la llegada de Héctor y decidimos bajarnos porque tanto calor no es bueno. Recargamos nuestras reservas de agua fresquita en la fuente de Remendía, con el San Millán (o el Pontón como nosotros decimos) guiñándonos el ojo al fondo y recordándonos lo duros y exigentes que son estos deportes minoritarios. Desde la fuente se ve el valle de Santa Cruz y todo San Millán, desde Valmala y Alarcia, está precioso!

Continuamos bajando hasta la Charca de “La Basardía”, donde entramos en el alto hayedo hasta llegar a una vieja pista de sacar madera para llegar al final de la “Senda la Berrungaña”. Cuando llegamos a la fuente, vuelvo a beber y Héctor llena el bote. El Quillo se pega un baño relajante y de barro espectacular. Seguimos bajando y otra vez en el hayedo nos cruzamos con algún vecino de Pradoluengo que están sudando la gota gorda para subir hasta allí.

Continuamos hasta llegar a la “Cruz de Guirlando” abandonando así las bonitas vistas al valle de Santa Cruz y llegamos a “Caseta Blanca”, donde un poco mas adelante abandonamos el camino para llegar al “Frontal”, desde donde vemos Pradoluengo bajo el asfixiante calor de estos días. Último trago y bajamos hasta Pradoluengo, por los preciosos y estrechos caminos de “los Cuatro Caminos”. Cuando llegamos a la plaza vieja, nos separamos y comentamos lo durísimo del día, que tras 2:55 horas y apenas 18 Km, nos ha pasado factura tantísimo calor que solo nos quitará una más que merecida ducha fresca!

En casa me quito las zapas y veo que mis pobres calcetines nuevos están llenitos de polvo, pero mis pies están en perfecto estado, sin ampollas, heridas ni nada parecido. Un 10 para estos calcetines, que os invito a probar.

Hasta la próxima!